Recientemente, movimientos y conceptos tales como la recuperación, de acuerdo con el uso del término acuñado por el movimiento de activismo en salud mental, ciudadanía (tanto como herramientas de participación como terapéutica) o la prescripción social (entre otros), han ampliado la gama de opciones terapéuticas de la práctica primaria y la salud mental mediante el fortalecimiento de los vínculos entre la salud, los servicios sociales y los recursos comunitarios. En línea con la decepción de algunas organizaciones de usuarios occidentales con la manera en que la administración ha absorbido sus reclamaciones, transformando un proceso de abajo hacia arriba en otro de arriba hacia abajo, se busca discutir el papel que el compromiso social de la psicología debe desempeñar en este proceso. En contraste con conceptualizaciones vacías y supuestamente neutrales, promovemos la participación efectiva de profesionales y usuarios en la construcción, de abajo hacia arriba, de una psicología comprometida y capaz de utilizar intervenciones de participación comunitaria para mejorar la salud mental.